jueves, 4 de junio de 2009

Poesia Colombiana Contemporanea

¿CUAL ES LA FUNCION DE LA POESIA?
..... La palabra poesía ha sido empleada ininterrunpidamente desde que los griegos empezaron a utilizarla significando para ellos como "creación"; es decir la plasmación imaginativa del lenguaje y en la invención de fábulas y mitos en contraste con la historia que es el registro de sucesos reales. Con el transcurrir del tiempo poesía se emparentó específicamente con la denominación habitual de la lírica, si bien es cierto que lo lírico no agota las posibilidades del lenguaje poético; de ahí la múltiplicidad de concepciones sobre la funcionalidad de la poesía en el contexto social. La pregunta de “cual es la función de la poesía?”, ha recibido en las diversas sociedades y culturas, múltiples y dispares respuestas. Algunas de las funciones atribuidas a las literaturas son: la política, la moral, la religiosa, la filosófica, la pedagógica, la erótica, la lúdica, la cognoscitiva, etc. Veamos lo que nos dicen los textos de tres poetas colombianos contemporáneos: Eduardo Gómez; Harold Alvarado Tenorio y Juan Gustavo Cobo Borda:




ANDRÉS F. LIZARAZO, “Fantasma de Canterville” (Bogotá, 1983)

AQUELLOS CUERPOS QUE LA MUERTE VA CONOCIENDO

“Oh querida esperanza, también
ese día sabremos nosotros que
eres la vida y eres la nada”
Cesar Pavese

Voy frecuentando los libros y los cuerpos :
humanas formas de recordar el mundo.
Cuerpos aquellos que la muerte
va conociendo en sus formas
deslizan sus momentáneos miembros
al andamio más cercano: los libros.
Al igual que los libros
los huesos se extravían
deleitados en la barbarie.
Aferrada a los huesos
la carne traspasa el ojo del pergamino
y no logra salvarse.
Los cuerpos son sólo cuerpos
que se enamoran y cantan
y sufren el vértigo
de tener que decirse adiós un día.
Los libros no se callan y callan
se van hundiendo en los siglos
mordidos de nostalgias
y enrollados de pérdidas irremediables.
Sólo alusiones nada más que eso
los libros entrañan.
Los cuerpos se van siempre
(ha de saberse dónde)
y las almas juegan a podrirse
tristes, solas... no han de tocarse nunca.
Sólo los libros, lóbregas huellas inmemorables
que aguardan instantes fallidos
cumplen la función de nostalgia,

- más no los cuerpos - ellos vagan ungidos
como sombras en el crepúsculo.

(La Muerte y su Piano)

MANUEL GUILLERMO PACHÓN (Bogotá)

GRAFFITERO

Dijo
que entre la espada y la pared
sólo cabía un chorro
de tinta atomizada.
Se definió
como una especie
de artista fantasmal,
torero clandestino
que en vez de banderillas
nos clavaba epigramas.
Ahora no dice nada.
Sólo nos quedan esas frases
que ni brocha ni lluvia
barren de la pared
de la memoria.

(Rastro de Alas)



FERNANDO ALBERTO VARGAS, “Le Profetus” (Bogotá, 1984)

SERIEDAD GASTADA

Todas las pretensiones de ser libre
Se han entregado en dádivas a las soledades;
No tenemos esperanza
En un lugar donde
Somos déspotas con nosotros mismos,
Donde somos nuestros propios muros;
Cadáveres y espantos.
Generalmente,
Uno se hace a la idea de que es profeta
Para excusar el orden inútil de las cosas
En una especie de clarividencia.
Pero tú te me fuiste
Y no puedo hacer nada
para que vuelvan tus sonrisas hipocondríacas,
Tu metafísica del sur,
Tus radicales expresiones de excitada.
Podría sumergirme en los libros,
En la vieja televisión de la que tanto hablábamos.
Pero estás tú en la palabra repentina,
En el Cortázar que no conociste,
En las repeticiones de los abecedarios.
Si por lo menos tuviera tu color entre los dedos,
Pero te toqué sin pretensiones de salvador,
Mucho menos de verdugo,
Y sólo me queda tu instante cruel
En el que te me presentabas como un sueño apenas.
No podré quedarme aquí todo el tiempo,
Esperándote como un adolescente desorejado,
Como los sultanes esperan las uvas
Para clavarlas en los sexos de sus esclavas.
No puedo derrumbar los muros que construimos,
Ni buscar tu cadáver en esta ciudad de gatos y telarañas.
Sólo me queda mi pretensión de ser libre:
Tú te llevaste mi soledad
Y estoy desamparado.

(Narcisismos Distantes)

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